Sunday, January 29, 2006


Dónde encontrar nuestros LIBROS



Tumbona Ediciones ha comenzado a recorrer otros circuitos de distribución para que los lectores puedan encontrar nuestros libros.



Los primeros puntos de venta en el DF son:

1. Casa Refugio Citlaltépetl: librería HYPATIA
Citlaltépetl No. 25, Col. Hipódromo Condesa
Mar-vie de 19:00-21:00 (nuevo punto de venta)


2. Librería Torre de Lulio
Av. Nuevo León 125, Col. Condesa


3. Videodromo Condesa
Alfonso Reyes No. 238, Col. Hípódromo Condesa

4. Vértigo Films / DVDROMO
Corina No. 59, Col. Del Carmen Coyoacán


5. Librería Nalanda (nuevo punto de venta)
Av. Centenario No. 16, Col. Del Carmen Coyoacán
56 59 28 49


6. Centro Nacional de las Artes: librería EDUCAL
Calzada de Tlalpan esq. Río Churubusco
Col. Country Club / Tel y fax: 12 53 94 42
Lun-dom: 12:00 a 20:00 (nuevo punto de venta)


7. Casa de Té Caravanserai
Álvaro Obregón esquina con Orizaba, Col. Roma



8. Sala Margolín
Córdoba 100, Col. Roma Tel: 5207 6702 -5514 1568



9. La Torre de Papel
Filomeno Mata No. 6-A Col. Centro Histórico



10. Cuore Café
Álvaro Obregón No. 179 Col. Roma

11.Librería La Jornada
Álvaro Obregón No. 106 Col. Roma


12. Tabaquería Polanco
Julio Verne No. 84 Local B Col. Polanco.

13. Bar LA BOTA / CASA VECINA
Callejón de Mesones No. 7 esq. Regina,
Centro Histórico. 57091079 Ext. 102

14. Sala de Arte Público Siqueiros
Tres Picos 29, Col. Polanco


Si alguien siente un interés inaplazable por alguno de nuestros títulos, puede escribir a: tumbonaediciones@yahoo.com
Nosotros nos pondremos en contacto de inmediato para hecérselos llegar.



Sunday, January 15, 2006

Máximas mínimas
Maximiliano de Habsburgo
Colección Píldoras Amargas
$100

De un tiempo a esta parte se han venido publicando una serie de libros que presumen recoger los aforismos de autores que jamás estuvieron interesados en seguir los pasos de Hipócrates, Lichtenberg o Chamfort, y he ahí que Benito Juárez o Chesterton —que ni siquiera cometieron el pecado de abusar en su obra de un tono sentencioso— hoy son anunciados como autores de libros en los que el gato de los subrayados —de las citas fuera de contexto—, se hace pasar por la liebre de los aforismos.

Tumbona Ediciones inaugura su colección Píldoras Amargas, dedicada realmente al género del aforismo, con el rescate de las meditaciones del emperador más vilipendiado de México: Maximiliano de Habsburgo.

Nacido en 1832 en el Palacio de Schönbrunn, en las inmediaciones de Viena, Maximiliano fue poeta y marino, naturalista y viajero. Su atracción por el mar lo llevó a conocer el Mediterráneo y el norte de África, Centroamérica y la costa del Brasil. Como emperador de México se ocupó de la reorganización de la Academia de San Carlos, de la fundación de los Museos de Historia Natural y de Arqueología, así como de la Academia Imperial de Ciencias y Literatura. Heredero del Iluminismo, sus intereses se dirigían hacia actividades intelectuales más que a las propiamente políticas, y a partir de sus escritos es claro que la idea de gobernar lo apasionaba más como un problema para la reflexión que como una realidad cotidiana. La última parte de su libro Recuerdos de mi vida es un apéndice denominado llanamente “aforismos”. El libro disfraza su carácter misceláneo con la pretensión de redactar unas memorias; es tanto un diario de viaje como la bitácora de un naturalista diletante, espacio para el autoexamen así como una pormenorizada reflexión sobre el carácter de los pueblos.

Los aforismos de Maximiliano versan fundamentalmente sobre el buen gobierno, tanto de los pueblos como de la propia persona, e irónicamente despotrican una y otra vez contra el despotismo en todas sus acepciones. La asimilación de los hábitos individuales con las prácticas de las instituciones es una de sus ideas rectoras; las mujeres y la descripción de las pasiones son otros de sus temas recurrentes. Al igual que en las Meditaciones de Marco Aurelio, la evaluación del comportamiento de los gobernantes reaparece una y otra vez, cercada por amonestaciones y consejos; pero a diferencia del emperador romano, que en la estela del estoicismo hubo de asumir su deber como líder de un pueblo y actuar en consecuencia, en Maximiliano parecen haberse impuesto la curiosidad y el espíritu del coleccionista antes que el don de mando.

Aforismos (1851-1862)

Maximiliano de Habsburgo

Cada hombre tiene su locura particular y el que no la tuviera no sabría contribuir al movimiento general del mundo.

No es bueno contemplar muy de cerca a los grandes hombres: mientras más nos aproximamos a la luz, mayor es la oscuridad de las sombras, y cuando llegamos a acostumbrarnos a aquélla, acaba por no deslumbrarnos ya.

¿Por qué se alaba de fieles a los perros? Porque se arrastran y se dejan apalear. ¡Y el hombre gusta tanto de hacer sufrir y ver arrastrarse!

En la mesa, entre personas de buena educación, tiene grandes ventajas el último lugar: se come sin ser visto y por las miradas recíprocas de los otros convidados se descubre cuáles son los bocados más grandes y mejores.

El miedo y la ambición son los motores de la rueda del mundo.

Un hombre de edad avanzada que sobrevive a los de su época —y a quien se le considera como un prodigio de longevidad y se le sostiene artificialmente— es un objeto cuya vista desagrada y aflige. Yo lo comparo al último representante de una dentadura destruida, que sobrevive a sus vecinos, que para nada sirve, que es sólo un monumento del pasado y no se le conserva con esmero sino como una especie de memento mori. El anciano y el diente son las piedras miliarias que marcan el camino recorrido y anuncian que está próximo el fin de la jornada.

Existe una gran analogía entre una mujer hermosa y un niño; nos gusta hacerlos impacientar y jugar con ambos.

Los hábitos son puentes que permiten al tiempo marchar con rapidez y sin sacudimientos.

A los hombres grandes se les reconoce por sus enemigos: quien no los tiene, tampoco en compensación tiene amigos.

Las naciones viejas padecen la enfermedad de los recuerdos.

Siempre se teme algo peor de lo que es en realidad, porque en ello toma parte la imaginación. Aun la muerte es menos terrible de lo que se pinta.

¡Cosa extraña y que sin embargo es perfectamente lógica! A los célibes por fuerza les gusta rodearse de objetos inútiles. Los frailes y las monjas hacen flores artificiales que guardan bajo cristales sin aplicarlas a fin alguno, y fabrican frutas de cera y fruslerías que para nada sirven.

Los que más ladran son los primeros y los que más adulan.

La expresión muy tarde es el mayor enemigo del arte de gobernar y señal cierta de debilidad.

Desgraciada la mujer a quien sólo alaban las personas de su sexo: preciso es que sea fastidiosa o tonta.

Una mujer en la que las otras encuentran mucho que criticar debe tener gran mérito.

Después de la acusación de tontera, la mayor que puede dirigirse contra los potentados es la de debilidad.

Los libros son el alimento del alma, pero por eso con ellos se pueden producir indigestiones morales. Si alguno me sostiene que comprende un sistema filosófico y que se entusiasma por él, me enfada y me hace formar mala opinión de su sentido práctico y de su amor a la verdad.

La ambición es como el aeronauta. Hasta cierto punto la ascensión es agradable y hace gozar de una vista espléndida y de un panorama inmenso. Pero cuando se sube más, sobreviene el vértigo, la vista no alcanza a ver sino brumas confusas, el aire se enrarece y crece el riesgo de dar una gran caída y de romperse la nuca.

Nada hay más chocante que una mujer muy acicalada, rezando su rosario.

Los que se llaman ateos no suprimen a Dios sino porque les incomoda y turba sus conciencias.

Humillarse y dominar son las dos ocupaciones del hombre en sociedad: ni la una ni la otra dan libertad o independencia, bienes que solamente se encuentran en la soledad, lejos de la especie humana.

Friday, January 13, 2006


Manual de estilo del arte contemporáneo
Pablo Helguera
Colección Anómalos
$150.00

Pablo Helguera (ciudad de México, 1971). Artista visual residente en Nueva York. Su obra, que ha llevado la ironía hasta el punto de atentar contra toda etiqueta, suele presentarse en formatos poco usuales como simposios imaginarios, grabaciones en fonógrafo, audioguías para exposición o museos nomádicos. Helguera parte de investigaciones históricas o de preocupaciones relacionadas a la naturaleza misma del arte, la percepción y el papel que juega la cultura en la política y la sociedad, combinando estrategias literarias, musicales o pedagógicas. Ha presentado su obra en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el RCA de Londres, Shedhalle de Zurich, así como en distintas bienales internacionales. Si ha llegado tan lejos, es gracias a que voluntariamente se sometió como conejillo de Indias a los preceptos que él mismo perfeccionó para el Manual de estilo del arte contemporáneo. De 1988 al 2005 fue jefe de programación educativa del museo Guggenheim de Nueva York. Es autor del libro Endingness (2005) y actualmente trabaja en su proyecto La escuela panamericana del desasosiego http://www.universes-in-universe.de/specials/2005/epd/espanol.htm

¿Qué es el Manual de estilo...?
Pese a su espíritu trasgresor y a esa aura pretendidamente iconoclasta que lo caracteriza, el mundo del arte parece más bien regido por una serie de reglas y convenciones quizá demasiado solemnes y acartonadas que los artistas rara vez están dispuestos a romper, y que se han perpetuado a lo largo del tiempo alcanzando un grado de sofisticación sin precedentes. Prácticas y rebeldías esquematizadas, sumisiones sobreentendidas, así como puntillosas coreografías sociales dominan la escena artística contemporánea, y a tal grado los valores estéticos se han dejado invadir por unas reglas de etiqueta tan peculiares como estrictas, que el propio Manuel Antonio Carreño -ese gran censor del comportamiento humano, autor del célebre Manual de urbanidad y buenas maneras- habría palidecido de envidia ante el actual estado de cosas.
¿Debemos acostarnos con un artista cuya obra repudiamos? ¿Cómo inflar un curriculum vitae sin necesidad de postular exposiciones imaginarias? ¿Cómo escapar de una videoinstalación eterna cuando el artista se encuentra presente? Todas estas preguntas se responden con lujo de detalle en el Manual de estilo del arte contemporáneo, la guía esencial para los interesados en jugar el juego del mundo del arte, escrito por Pablo Helguera y recién publicado bajo el sello de Tumbona Ediciones. (Algunos adelantos del libro pueden leerse en el "Abecedario infernal del arte", que se publicará próximamente en el suplemento Confabulario, así como en "El ajedrez del arte" publicado este mes por la revista Fahrenheit.)
Con una afilada ironía que cualquiera podría confundir con amargura, Pablo Helguera se detiene a describir la serie de ocurrencias y artimañas que permiten que cualquier principiante sin la menor noción de la historia del arte —y además empeñado en prescindir de esa vieja superstición conocida como “talento”— alcance de improviso la gloria. Al describir el comportamiento de las principales piezas en el tablero del arte, y al enlistar sus vicios profesionales tanto como sus candorosas expectativas, Pablo Helguera concluye que la disciplina del artista ha cambiado de signo, y ahora todo es cuestión de temperamento y buen sentido de la oportunidad, y, por supuesto, de una dosis necesaria de etiqueta.